Las grasas, ¿ángeles o demonios?
¿Nuestras amigas o el aprovechado gorrón que se nos cuela en casa?
Mucho se ha escrito -y se escribirá- de las grasas y de si son buenas, malas o pizpiretas, y mucho también se ha escrito de las grasas del aceite de oliva.
Por nuestro lado ya te dijimos cosas sobre el valor nutricional del aceite de oliva y las más que demostradas buenas propiedades que tiene, repercutiendo en nuestra salud.
Pero ¿qué pasa con las grasas? Porque el aceite de oliva es pura grasa…y se supone que las grasas son malas, ¿no?
Vamos a ello.
Las grasas del aceite de oliva son insaturadas
Sí, lo son en su mayoría.
Las grasas del aceite de oliva también son saturadas pero en un índice pequeño comparadas con las insaturadas, sobre todo merced a que es el ácido oleico el principal componente del aceite de oliva y es una grasa monoinsaturada. Por si no te hemos dado la matraca lo suficiente te hacemos un resumen grosso modo: grasa saturada, mala; grasa insaturada, buena.
Las grasas insaturadas ayudan a regular los colesteroles (suben el bueno y bajan el malo) y son necesarias para un buen funcionamiento neuronal y la protección celular, mientras que el exceso de grasas saturadas conduce a aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares pese a que hoy en día se estudia cargarle ese muerto específicamente a las grasas trans.
Fíate de nosotros, pero por si acaso aquí te dejamos un enlace con lo que la escuela de salud pública de Harvard dice (en inglés) sobre las grasas.
¿Quiere decir esto que puedo consumir aceite de oliva a garrafas porque es saludable? Para el carro, no. Repetimos que también posee grasas saturadas -en proporción de 14 a 100- y al fin y al cabo por muy insaturadas que sean la mayoría de sus grasas no es bueno pasarse consumiéndolas.
La movida con Nutriscore
Si has leído la prensa últimamente (a tu cuenta y riesgo, sobre todo ciertos periódicos) sabrás que se ha liado la marimorena con la calificación del aceite de oliva en el sistema Nutriscore. Te enlazamos un artículo de La Vanguardia (de lo poco decente del panorama informativo estatal) por si quieres profundizar en el tema, pero nosotros te lo vamos a contar yendo al core.
Nutriscore es un sistema de etiquetado de alimentos que pretende ofrecer la información nutricional sobre los productos alimentarios de forma sencilla y accesible al gran público, porque para leer ciertas composiciones a veces hay que hacer un máster específico.
La idea es puntuar según el sistema anglosajón, de la A a la E, siendo A la mejor puntuación y E la peor. Pues bien, el aceite de oliva iba a ser calificado con una D, lo que ha hecho que nuestro Ministerio de Consumo pusiese el grito en el cielo.
Esto ha ocurrido porque lo que más se ha tenido en cuenta son las grasas del aceite de oliva, sin hacer un cribado en saturadas, insaturadas o satánicas; y que al ser un producto alimentario puro (en el sentido que no es un conglomerado) esto penaliza porque se ha metido a los aceites en el mismo paquete, existiendo constatables diferencias entre la evidencia saludable del aceite de coco y el aceite de oliva.
A partir de ahí polémicas, protestas, movidas, acusaciones de presiones de lobbys alimenticios, algo de conspiranoia (cyborgs) y la más que posible exención del aceite de oliva respecto a este método de clasificación.
En resumen, las grasas del aceite de oliva, sobre todo del AOVE, tienen un respaldo científico como beneficiosas.
Su consumo está recomendado sin hacer el loco (no hagas frituras a cascoporro ni lo bebas como si fuese agua) y nosotros no podemos hacer más que apoyarlo.
