En otra ocasión ya te hablamos de los diferentes tipos de aceite de oliva y hoy vamos a rizar el rizo: entramos ya en las categorías especializadas para hablarte del aceite de oliva arbequina.
No te rayes, pues es posible que sin saberlo lo hayas consumido ya en algún festín.
El aceite de oliva arbequina está siendo muy utilizado últimamente en restauración y vamos a ver por qué.
¿Qué es eso del aceite de oliva arbequina?
El aceite de oliva arbequina tiene ese nombre porque se elabora a partir de un tipo de aceituna muy característico, la aceituna arbequina.
La arbequina es una variedad de aceituna algo más pequeña que lo habitual, siendo también menos pesada. Por el contrario, la arbequina es una aceituna más grasa en comparación con otras variedades como la picual.
El nombre de arbequina se debe a que este fruto es originario de la localidad catalana de Arbeca, en la provincia de Lleida, produciéndose este aceite sobre todo en Catalunya y Aragón. Es curioso que sea en unas zonas que no son las primeras que te vienen a la mente a la hora de pensar en aceites de oliva, pero tienen mucha tradición debido a las bondades específicas del suelo de cultivo.
Este tipo de aceituna se lleva bien con el frío y es muy resistente a patógenos, y eso se va a notar en el aceite que se extrae de ella.
¿Qué hace diferente al aceite de oliva arbequina?
Las características propias del fruto desembocan en un aceite de oliva especialmente graso, pero también inestable y que no se conserva tan bien como otros. Esto no quiere decir nada malo, sino que una vez abras la botella no deberías tardar excesivo tiempo en consumirla, más teniendo en cuenta el tiempo de uso de otro tipo de aceites de oliva.
El sabor del aceite de oliva arbequina es menos amargo de lo habitual, y suele tener unos matices de frutos secos. Al ser un AOVE (aceite de oliva virgen extra) de mayor suavidad su uso se recomienda para platos específicos tales como pescados de sabor fuerte, e incluso para repostería.
Recuerda siempre conservarlo en lugar seco y alejado de la luz (tampoco en la más absoluta penumbra) porque estar expuesto a esta afecta sobremanera a sus propiedades organolépticas (color, sabor, textura).
La composición de este tipo de aceite es más rica en ácido oleico que en otros aceites, lo que ayuda aún más si cabe a regular el colesterol; pero siempre sin pasarse en su consumo ya que como todos los AOVE debes recordar que es casi grasa pura y su abuso hará que te salga el tiro por la culata si tu intención es perder peso.
¿Dónde puedo comprarlo?
Es fácil encontrar aceite de oliva arbequina en los comercios especializados o en grandes superficies donde haya un surtido catálogo de AOVE (Mercadona sin ir más lejos tiene una variedad de su marca blanca pero sin ser 100% arbequina), aunque debes centrarte en que no sea mezclado con otras variedades.
Para variar, no por principios sino por comodidad, Amazon es nuestra recomendación. Ahí tienes variedades y marcas con suficiente diversidad para ir experimentando, con el consabido rango de precios. Repetimos que no es lo mismo comprar uno de pura arbequina que uno mezcla, así que lee bien las descripciones.
Está en tu mano comprobar si esa buena fama entre los mejores fogones está justificada, y ver si el aceite de oliva arbequina es una tendencia merecida o un hype como un campanario.
A nosotros nos encanta, que conste.