Resulta harto sencillo hablar de las propiedades del aceite de oliva. Pocos productos tienen el marketing tan bueno en nuestro país como el aceite de oliva, que es uno de los productos culinarios estrella.
Los halagos hacia el aceite de oliva no son vacíos, sobre todo en su variedad AOVE (aceite de oliva virgen extra): los efectos beneficiosos de sus propiedades en la salud se han demostrado científicamente, y es un producto gastronómico muy demandado por las mejores -y más saludables- cocinas.
¿Es el aceite de oliva mejor que otros aceites? En general, desde la perspectiva nutricional, sí. Eso no quiere decir que no puedas usar, por ejemplo, un aceite de girasol para determinadas salsas porque hace que liguen mejor o aceite de coco al cocinar platos asiáticos o en repostería.
Todos los aceites tienen sus beneficios y sus propiedades características, incluso el peligroso (con matices) aceite de palma, cosa que sabrás si eres de nuestros lectores habituales; pero es el aceite de oliva el que de verdad parte la pana al respecto.
#1 Beneficios en el sistema cardiovascular
Los antioxidantes, más en concreto los polifenoles, que lleva la grasa del aceite de oliva sobre todo en su variedad virgen extra ayudan a regular nuestra función cardiovascular.
Si te defiendes en inglés puedes leer este estudio donde se corrobora que las personas que consumen habitualmente aceite de oliva tienen un menor índice de desarrollo de enfermedades cardiovasculares frente a los que llevan una dieta baja en grasas.
Es decir, tus posibilidades de sufrir infartos sean de miocardio o cerebrales van a reducirse si introduces el aceite de oliva en tu alimentación diaria.
#2 Beneficios en el metabolismo
Las propiedades del aceite de oliva se dejan ver en nuestro metabolismo ya que su consumo ayuda a bajar el colesterol malo o LDL y subir el bueno o HDL.
Aunque pueda sonar contraproducente al ser un alimento graso, tomar aceite de oliva en su justa medida ayuda a perder peso y luchar contra las enfermedades asociadas a la obesidad, así como a regular tus triglicéridos.
Las grasas del aceite de oliva son insaturadas, las llamadas grasas buenas. En el lado contrario tenemos a las saturadas o grasas malas.
#3 Protección frente al cáncer
Puedes leer (de nuevo en inglés) las conclusiones de un estudio acerca de la incidencia del consumo de aceite de oliva en la prevención del cáncer de colon.
El aceite de oliva no es milagroso, tenlo en cuenta, pero sí un buen aliado preventivo ante enfermedades. Hablar de cáncer siempre supone hacerlo desde la máxima delicadeza y rigor.
#4 Reduce el riesgo de depresión
Una de las propiedades del aceite de oliva más desconocidas es que ayuda a no sufrir depresión.
La depresión es una enfermedad de diferentes causas a veces solapadas, que van desde la predisposición genética a nuestra estructura cognitiva, pero en ella influye una buena nutrición. Aun siendo una enfermedad mental, el buen cuidado físico mediante la alimentación y el ejercicio es fundamental para luchar contra ella.
Puedes leer este artículo del diario Público donde se asocia un menor riesgo de padecer depresión a diferentes pautas alimenticias, siendo el aceite de oliva un aliado ya que sobre todo se recomienda la dieta mediterránea como factor de prevención, y no hace falta que digamos que en este tipo de dieta el aceite de oliva es actor principal y esencial.
#5 Aceite de oliva y alzheimer
Aunque no es concluyente, sí parece ser que los famosos polifenoles del aceite de oliva repercuten de forma positiva en nuestra corteza cerebral, lo que podría ayudar a la hora de prevenir una terrible enfermedad como el alzheimer.
Como hemos dicho, siguen las investigaciones al respecto y por supuesto te informaremos si se diesen pruebas fehacientes de esta relación.
Pero ¿qué propiedades tiene el aceite de oliva virgen extra que no tiene el normal?
Vale, vamos a aclararte la trama de la película.
TODOS los beneficios del aceite de oliva que hemos listado antes se deben a las propiedades de las categorías virgen y virgen extra. Punto.
¿Por qué? Porque conservan mejor sus propiedades, tan sencillo como eso, y eso se debe a que no han sufrido ninguna modificación química.
Hace un tiempo te informamos sobre los diferentes tipos de aceite de oliva y eso es de suma importancia. Las únicas variedades no sometidas a procesos químicos son estas dos: virgen y virgen extra. Eso hace que conserven todas sus cualidades y beneficios.
En plata, lo que has leído son las propiedades del aceite de oliva virgen extra, que es el que conserva todas las propiedades organolépticas. También del aceite de oliva virgen, cuya diferencia estriba en tener un mayor grado de acidez en comparación al AOVE.
Olvídate de encontrar estos beneficios en el aceite de oliva ramplón o en variedades del calibre del de orujo porque son de diferente naturaleza. Las propiedades del aceite de oliva se reducen a estas dos variedades, que son siempre las que te recomendamos comprar para tu consumo cotidiano.